Jaume Balagueró, ampliamente conocido por co-dirigir junto a Paco Plaza las dos primeras entregas de la saga REC, presenta en este 50º aniversario del Festival de Sitges, su nuevo film, Musa. Una producción nacional, pero orientada claramente al mercado internacional.
El film cuenta con un reparto co-internacional, y ha sido rodada en inglés. Condiciones que sitúan al film con un pie en el extranjero, y con el que cineasta catalán se aleja del cine de terror patrio más puro con una puesta en escena mucho más internacional. Basándose en la novela del escritor José Carlos Somoza, Balagueró ha escrito el guión junto a Fernando Navarro, guionista de Verónica, de su tocayo Paco Plaza. Manuscrito que no es para tirar cohetes, pero que en la práctica, pues no está tampoco tan mal.
Tras la repentina y trágica muerte de su novia, el profesor Samuel Solomon tiene una recurrente pesadilla en la que una mujer es asesinada. Esa misma mujer es hallada muerta... en idénticas circunstancias a las del sueño. Cuando Samuel conozca a Rachel, una joven que asegura haber soñado con el mismo asesinato, los dos harán lo imposible para descubrir la identidad de la misteriosa mujer, sumergiéndose en un oscuro mundo.
Hay voces aseguran que Musa es la peor película presentada en el Festival de Sitges de los últimos años, personalmente, afirmo sin vergüenza de ningún tipo, que no estoy de acuerdo. La película me ha parecido correcta y poco más, pero si nos ponemos a comparar, he visto cosas realmente pésimas, tanto en ésta 50ª edición (que todavía no ha terminado) como en anteriores celebraciones del certamen.
Es cierto que el guión esconde trampas absurdas y sin mucha enjundia. Sin embargo, el cuento de terror gótico que presenta este año el realizador de Los sin nombre o Darkness, no podemos negar que es poseedor de un gran diseño de producción. Al margen del miedo que pueda producir entre el público, que es más bien poco, el resultado no es tan pésimo como se asegura estos días por las calles de Sitges.
Que la película pierde suspense a partir de la mitad, es algo indiscutible. Pero Balagueró maneja de forma correcta el suspense al principio de la historia. Las trampas del guión hacen que la historia pierda intensidad en la segunda mitad y el suspense se diluya a medida que la historia avanza hacia un desenlace basado en la mitología griega de las musas, pero transformando el arte y talento de cada musa, en pecados sociales y morales.
Con todo ello no quiero decir que la película sea la peor obra del director, ni mucho menos. Recordemos la cuarta entrega de la saga REC dirigida por él en solitario. Aquello sí que es un desproposito total de principio a final.
Por lo menos, Musa, aunque no es para hacer una fiesta en su honor y no aporta nada nuevo al género de terror, pues cumple con los tics característicos del terror más mainstream, me parece un ejercicio suficientemente bien realizado para aguantar un primer visionado.
Entre el reparto contamos con actores internacionales como Christopher Lloyd (Regreso al futuro), Joanne Whalley o Elliot Cowan, sin dejar de lado a actores nacionales como Leonor Watling (Los crímenes de Oxford) o Manuela Vellés (Camino). La historia se centra en los personajes interpretados por Vellés y Cowan, pero es todo como muy coral. Así pues, creo que no es una película indispensable, pero que entretiene.
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